domingo, 27 de enero de 2013

CORRUPCIÓN: LA DEL CAPITALISMO



Habitualmente los medios tratan el tema de la corrupción como sapos negros de poca moralidad, como si la inmoralidad se contagiase nos hacen creer como a idiotas que estos robos son de unos cuantos alcaldes y concejales y poco más. Analicemos,pues, siempre un paso más allá de los medios tradicionales, qué significa eso de ser corrupto, de corromperse: la academia lo define así: ''que se ha dejado sobornar, pervertir o viciar''. La definición, como muchas de la RAE, no deja cerrados muchos problemas incluso abre el problema de qué es realmente viciarse, pero deja claro que la corrupción no está únicamente limitada a los gobernantes o miembros de los partidos o fuerzas políticas.

Por tanto ahora cabe preguntarse, ¿y quién más se corrompe?: para responder a esta pregunta debemos preguntarnos cómo puede llegar a producirse cualquier caso mediático de corrupción, quién hay realmente detrás de todo ello: un empresario. Las televisiones han dedicado cantidades de minuto para decir cómo y cuándo llegaban sobres de dinero negro a los altos cargos del Partido Popular, pero resulta interesante tener en cuenta por qué ninguna se ha preguntado de dónde viene ese dinero. Es un problema de libertad sólo para ricos, de falsa libertad, de un liberalismo que es en realidad tan sólo para ese 1% que nos gobierna. Para aclararlo aún más cabe preguntarse si todo el mundo tiene la capacidad de corromperse: mi respuesta es que no. La gente corriente, el pueblo de la calle no tiene 22 millones en los bancos, no es capaz de meter 10000 euros en ningún sobre y tampoco de llevar ningún dinero a Suiza. ¿Por qué? Porque no lo tenemos, porque nos preocupamos de llegar a fin de mes, de poder pagarme unos estudios o de intentar llevar a cuenta la hipoteca. Hemos llegado a un término importante: quien puede corromperse (ya no quien lo haga) sólo puede pertenecer a ese 1% del que tanto se habla.

Entonces, ¿quién tiene la culpa de la corrupción? Podríamos aseverar varias causas, pero, en mi opinión, son básicamente dos: la burocratización del Estado y, especialmente, la existencia de ese 1%. La primera es fácil de asimilar, sin horizontalidad pública, es decir, sin verdadera democracia el Estado, socialista o no, acaba permitiendo la corrupción. Pero la segunda es más importante porque es la que nos ocupa en nuestro país en estos momentos. ¿Es, como dicen los medios, un problema individual o un problema sistémico? El problema es del sistema que deja que algo tan importante como el robo se deje en manos de la moral individual y, algo importante, de sus ideologías. En definitiva, hay que recordar que detrás de cada político corrupto hay un empresario y que detrás del enriquecimiento está el poder que tiene el dinero en el sistema capitalista.

Aclarada mi opinión sobre los sujetos de la corrupción, hablemos de qué es corrupción, que es, en definitiva, eso de ''sobornar, pervertir o viciar'' de lo que habla la R.A.E. Debemos tener en cuenta que no es sólo coger dinero público, no es sólo recalificar suelo... sino que también hay formas de corrupción ''legalees'' pero totalmente ilegítimas. Cuando el gobierno de la Comunidad de Madrid, así como  muchos otros gobiernos, desvía dinero público a educación privada o a la gestión privada se está cometiendo corrupción. La corrupción, repito, no son sólo sobres, es también la venta de la sanidad pública madrileña a empresarios de constructoras (como la de Florentino Pérez), es también el hecho de que la mitad de la educación en la Comunidad de Madrid esté en manos de la Iglesia o es también la reforma constitucional de agosto de 2011 entre PP y PSOE.

En conclusión, la corrupción no es un asunto individual, ni si quiera de un partido u otro, es la opción por el régimen del capital que sustentan partidos como el PP, el PSOE o UPyD. Como decía Beckett, peor que robar un banco es fundarlo.