viernes, 17 de febrero de 2012

LA DESHEREDADA


Es la primera entrada tras cuatro meses sin publicar ninguna y ya tocaba hablar un poco de literatura. Creo que la mejor obra por la que puedo empezar es La desheredada, la mejor novela que hasta ahora he leído y, sin duda, una de las mejores novelas de la literatura española.

Se trata de una de las novelas naturalistas más importantes de este movimiento en el espectro español y perteneciente a un autor tan magnífico como es Benito Pérez Galdós, autor de otras magníficas obras como Fortunata y Jacinta o Doña Perfecta. La desheredada (1881) se enmarca en una época literaria (segunda mitad del siglo XIX- Realismo y Naturalismo) en la que aparecen grandes obras también con títulos de mujeres: Madame Bovary (1851), Ana Karenina (1877) o La regenta (1884-1885) en España; una manera, colocar como grandes protagonistas a mujeres, de criticar muy directamente el Romanticismo, en muchas ocasiones con gran ironía por parte del autor. Pretendían, generalmente, dar un nuevo giro a la literatura, un nuevo sentido y un nuevo ser: dejando a un lado esa evasión y ese individualismo románticos que no había servido de mucho a una sociedad desigual y poco crítica.  Son, por tanto, estos grandes cambios de movimientos literarios cambios del concepto de literatura: de la literatura como vía de la evasión, del encuentro con uno mismo, a la literatura como compromiso y utilidad a una sociedad que necesita de las letras. Este último concepto es el propició el cambio de la literatura hacia el Realismo y,más tarde, el Naturalismo: las finalidades de la escritura cambiaron automáticamente con el cambio del concepto de literatura, y con ello cambiaron los métodos de escritura.

Esta obra, al contrario que otras obras de mujeres, no sólo se basa en la incomprensión social, sino que esta incomprensión se encuentra inherente en una diferencia de clase; por ello, el principal tema que el lector puede percibir en esta novela es el ascenso social; tema también acogido por literatos como Guy de Mapassant en su cuento El collar o por Flaubert en Madame Bovary, aunque esta vez de manera menos importante. Esta quimera de Isidora, la protagonista, se ve reflejada directamente como consecuencia directa de las desigualdades sociales. El argumento de la novela refleja varios ejemplos de esta desigualdad social que la misma obra denuncia: mientras Mariano, hermano de Isidora, trabaja muy duramente con 14 años y no
ha podido tener una educación digna, el hijo de la marquesa se dedica a tocar el piano y ha recibido una buena educación; o la situación de la tía de Isidora, la sanguijuelera, comparada con la de otros personajes de mayor rango social.
El mismo autor habla en relación a la desigualdad en el Madrid de la obra y dice que ''son nacidas de la falta nutrición y del poco uso que se viene haciendo de los beneficios reconstituyentes llamados Aritmética, Lógica, Moral y Sentido común''. Aparece de nuevo, por tanto, y en consecuencia a las palabras de Galdós,  la importancia de la educación en una sociedad y la muestra que la desigualdad social también aparece en la educación.
Es muy importante el comienzo de esta obra. Empieza con el padre de Isidora en el manicomio de Leganés como un símbolo muy potente del mal que puede causar de la ascensión social, hasta llegar a la locura como el caso de este personaje tan importante e influyente para Isidora. Como el principio, el final también giro sobre ese tema, aunque más que el final la importancia reside especialmente en el final de algunos de los personajes, pues todos los personajes que apoyan a Isidora en su quimera o aquellos que la concienciaron de ello tienen un final muy oscuro, mientras que el resto sobrevive en aquella sociedad.
Aunque aparecen de manera mucho más simbólica en La regenta, el viaje en el que nos involucra al lector esta obra no sólo se centra en la zona de Embajadores o del Rastro, zonas de clase baja especialmente en aquella época, sino que aparece un contraste entre los diferentes barrios de Madrid, pues cuando se proclama la Primera República y la novela nos conduce por las Cortes, aparecían personas con aspecto mucho más distinguido que los que podían mostrar los vendedores y compradores de aquel Rastro de pobres.
El aspecto, la apariencia también es un tema recurrente, especialmente desde el punto de vista económico y social. Es una de las críticas más claras la del consumismo irracional, que hacía feliz a la gente tan sólo por poseer más y más, también llevado especialmente por Isidora. No obstante, el aspecto estético también aparece como consecuencia de unos condicionantes sociales, pues los escasos derechos laborales que tenía Mariano le impedían tener un aspecto tan pulcro como el del hijo de la marquesa, o la búsqueda incansable de Isidora de obtener buen maquillaje.
El origen de personajes como Isidora, Tomás Rufete o el tío canónigo de Isidora en La Mancha puede estar relacionado con que esa sea la tierra de Don Quijote, la de un loco que soñaba y cuya vida era una quimera constante, como parecen transmitir estos personajes.

En literatura, también en otros muchos ámbitos, la forma y el estilo es importante y, como he marcado anteriormente, ha de encuadrarse a esta obra en el Naturalismo y como uno de sus paradigmas en el territorio literario español más importantes. No es una simpleza el hecho de que una forma de escribir, marcada y nacida por una corriente filosófica llamada positivismo y con marcas del darwinismo, forme y constituya todo un movimiento literario, por ello, este movimiento también aparece como uno de los elementos más importantes ha señalar en este tipo de obras. La importancia de la genética dada en este Movimiento aparece reflejada en la historia, pues la ''locura'' de la ascensión social a la que aspira Isidora viene dada por miembros de una misma familia y los personajes ''positivos'' que no apoyan a Isidora pero sí la ofrecen soluciones sí que lo son.
Además, la obra realiza críticas a la sociedad en su conjunto y no directamente a personajes muy concretos, pues, como en las obras realistas-naturalistas y al contrario de lo que ocurría en el Romanticismo, la protagonista se supedita la sociedad, y los personajes aparecen como reflejos de los demás y no como un ente propio e individualizado, sino como un colectivo en continua influencia recíproca. El mayor ejemplo de esto en la obra es Mariano, el hermano de Isidora, cuyo comportamiento y manera de ser cambia totalmente una vez las ideas de Isidora han influido en él de manera muy importante; pero ha de observarse que estas ideas de Isidora que influyen en Mariano provienen de otra influencia a Isidora: la de su padre y su tío, éste último le mandaba a ella dinero y documentos para que esta quimera cogiese una forma cada vez más grande,  por lo que acabaría explotando al final de la obra de manera impactante para el lector.

Otra de los elementos a destacar es la importancia de la historia y la política en esta obra: conocemos a través de esta historia la política de aquella época, desde el reinado de Amadeo de Saboya hasta la Restauración, pasando por la proclamación en las Cortes de la Primera República española.


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