viernes, 27 de noviembre de 2015

La elitización académica en la política y el peligro de Albert Rivera



Me he leído tres veces La Regenta, dos El burlador de Sevilla y no puedo parar de releer los poemas de Miguel Hernández o los quejidos de de Pizarnik -y no, la literatura no es mero entetenimiento, ni debe serlo; ningún poema de Unamuno o novela de Galdós puede acomplejarse ante nadie-, pero lo confieso: yo tampoco he leído ningún libro de Kant. 

Albert Rivera es el nuevo líder de la derecha española -porque Rajoy nunca fue líder de nada- y sus propuestas me asustan muchísimo. Me apena que la pillada de esta pregunta sea motivo de campaña para sus rivales -entre los que me incluyo y entre los que debería incluirse mucha más gente-; este señor incumple allí donde puede la Ley de Memoria Histórica, quiere el 'repago' en la sanidad pública y que la educación esté servida y medida -aún más si cabe, terminaremos en la facultad de filología haciendo como examen odas al Santander o a Bankia o, sencillamente, terminaremos- por eso tan moderno y tan nuevo que son ''los mercados''. 
Me gustaría saber cuánta de la gente que lee esta entrada o cuánta de la gente que va a votar ha leído a Kant -o a Nietzsche o a Marx o a cualquiera de estos señores alemanes, siempre alemanes-. Las que reclamamos una educación pública y de calidad, y este último adjetivo no debería ser sólo una bonita palabra, no podemos tener como modelos el saberse todos los nombres de muchos pensadores extranjeros y todos los títulos de sus obras -porque para comentarlas ya sólo hace falta decir que es ''muy interesante'' o ''muy conveniente para el momento histórico actual''-. Yo no quiero que las próximas generaciones se sepan de memoria todas estas cosas, yo quiero una sociedad crítica. 
Tampoco quiero a unos representantes que estén tan alejados de la ciudadanía. Ni mis vecinas del quinto, ni mis peluqueras, ni mis panaderos ni nadie de eso que muchos llamáis -y yo me resisto a llamarlo así- ''gente normal'' se han leído a Kant, ni siquiera han tenido 13 matrículas. Es más, la mayoría son mujeres. Quizás mi madre le habría preguntado a Rivera se va a llevar a España a la guerra o si va a rebajar las tasas para que su hijo pueda estudiar un máster, pero la elitización académica se ha instalado en todos los debates televisados y, obviamente, mucho más en un debate que se da en una universidad. Me apena decirlo, pero esta campaña es ya una derrota: desgraciadamente el próximo presidente del gobierno -porque no será una mujer, eso seguro- se parecerá poco a la gente común, aunque puede comprendernos, sonreírnos o hacerse fotografías enmarcadas con nosotras. 

Además, muchas os equivocáis: Rivera no es tonto, es más, no creo que sólo lea el Marca como dicen -ni siquiera creo que Rajoy sólo lea el Marca, y ya es decir- Rivera es astuto, sagaz y seguramente muy leído. Lo que pasa es que le gusta leer otras cosas, y lo advierte en una coletilla tras la metedura de pata en el vídeo. Es cierto que Pablo Iglesias está sobradamente más leído que Rivera, pero las críticas que estoy leyendo y escuchando son en ciertos casos capacitistas y/o relativas a su cultura filosófica y no se puede cometer mayor error que ese: las críticas a Ciudadanos pueden venirles de mil sitios diferentes, hasta de su nombre, pero si vais a criticarles por sus lecturas o por su incapacidad intelectual absteneos por favor, y que tire la primera piedra aquel que no se sepa de memoria todas las grandes declaraciones de los sabios extranjeros o aquel que no se haya sacado sus 13 matrículas.