Muchos os habréis encontrado con personas dogmáticas, religiosas, normativistas o como queráis llamarlo; incluso puede que algunas de las personas que leen este artículo lo sean.
Entran aquí en juego conceptos como ''los salvadores'', ''la norma'' y ''los dioses''. A partir de estos patrones se construyen diferentes grupos llamados religiosos: cristianos (testigos de Jehová, católicos o protestantes), musulmanes, judíos, etc.
Conociendo durante mi estancia en Inglaterra diferentes culturas y grupos religiosos (musulmanes, cristianos y agnósticos) me he visto en la obligación de escribir esta pequeña entrada con algunas conclusiones que yo mismo he sacado. Durante la etapa ''educativa'' y mediante los medios de la desinformación se conciencia a la población de manera perspicaz, audaz e inteligente para unos intereses determinados, a dividir las diferentes culturas y sociedades en buena parte por la simpleza del nombre de sus dioses, ya sea Buda, Alá o el Dios cristiano. Pero, en realidad, asumir este análisis es asumir el discurso religioso de los salvadores y creadores del mundo (los dioses y sus profetas), creando a partir de este discurso una doble capa humana: la de unos pocos iluminados y la de la gran mayoría ignorante de su origen y su destino.
Creo que aquí es importante observar que las diferentes divisiones en clases de la sociedad: económica (clase alta y clase baja), populista (clase populista y clase popular) o religiosa (clase iluminada y clase ignorante), tienen en común dos patrones importantes: el famoso 1% y 99%, aquel 1% que nos controla económica y, como estamos viendo, también cultural y socialmente; la otra característica común es que quien defiende por interés propio estas ilegítimas divisiones sociales aportan como razón una ''gracia religiosa'': hay clases sociales por un esfuerzo mayor en realidad inexistente, hay ''clase política'' (concepto que no comparto) por un fallo de la democracia inexistente y hay ''iluminados'' por la gracia de un Dios inexistente.
Por tanto, esta ''gracia religiosa'' y este análisis histórico dejan en segundo lugar a las verdaderas creadoras de lo que hoy nos rodea: las personas: dejan de ser importantes por no ser ricas, por no tomar decisiones políticas (como en las dictaduras actuales) o por no ser unos iluminados de Dios.