miércoles, 12 de septiembre de 2012

REFLEXIONES EN TORNO A LA NORMA. PARTE II


En mi opinión, el análisis cultural debería romper con esas desigualdades sociales, porque al asumirlas las está creando, y comenzar a caracterizar a las diferentes personas , en ese afán de estudiar diferentes culturas, por su grado de normatividad normalizadora, es decir, por el grado de normas sociales (heterosexismo, patriarcado, capitalismo...) es capaz de desarrollar y desarrolla con consecuencias represoras de la libertad de poder salirse de esa norma.

Esto quiere decir que lo que de verdad indigna a un miembro militante de un grupo religioso no es que no pertenezcas a ese grupo religioso sino que no pertenezcas a ninguno; en un análisis más profundo todo ello nos lleva a pensar en el mito de la caverna de Platón, pues la tentadora  visión de la libertad afuera de la cueva de la opresión normativista produce en primer lugar rotundo y radical rechazo porque, en definitiva, asumir la libertad es también asumir el miedo a ella.

La anécdota que me hizo pensar en todo esto fue mi sorpresa ante la reacción de un musulmán militante: ante un joven cristiano su reacción fue de curiosidad, casi de hermanamiento; pero al descubrir que yo no pertenezco, al menos lo intento, a ninguno de esos grupos religiosos, su reacción no fue de curiosidad sino de asombro e indignación, como si el hecho de que alguien en lugar de seguir un dogma, huyera y luchara contra él estuviese dañando de alguna manera esa norma. Creo que la conclusión que hemos de sacar es que luchando y huyendo de la norma la dañamos y, por tanto, la lucha contra el heteropatriarcado capitalista tiene efecto.

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