lunes, 5 de septiembre de 2011

LA IMPORTANCIA DE UN ESTADO Y UNA SOCIEDAD LAICA

No hay más que escuchar la denostada televisión, o la radio, o leer los aún dignos periódicos, para ver que en estos los debates más serios únicamente se ocupan de temas de la actualidad cuya importancia en muchos casos es bastante cuestionable. En cambio, debates que no están relacionados tan directamente con la actualidad se dejan en muchas ocasiones a un lado; este hecho quizás sea uno de los motivos por los que, por ejemplo, la necesidad de un estado y una sociedad laica se vea cada vez más cuestionada.
La desilusión y la pasividad de la juventud hace que no se quiera llegar al fondo de los problemas de la actualidad. A menudo la gente arremete contra el machismo, el racismo y la homofobia, pero por otro lado acaba diciendo que es normal que el Estado español tenga relaciones ''especiales'' con la Iglesia o simplemente muestran indiferencia hacia este hecho. Sin embargo, las personas que ahondan en las causas profundas de actitudes tan deleznables como el machismo, la xenofobia o la homofobia deja la indiferencia a un lado y se dan cuenta que el laicismo es necesario.
La discriminación a las mujeres no sólo reside en la estructura de la Iglesia o de cualquier religión, sino también en los textos sagrados de estas religiones. Es sabido que los texto sagrados del judaísmo y del cristianismo comparten el viejo testamento, en el que se explica que en la creación de los seres humanos la mujer salió de la costilla de un hombre; además, el profeta (para los judíos) o hijo de Dios (para los cristianos) es un hombre, al igual que sus discípulos. También en la religión musulmana se discrimina a la mujer, se golpea contra su dignidad y se supedita a la del hombre.
La homofobia también está  presenta en estas tres religiones, y, al igual que el machismo, no sólo en la estructura de ellos sino también en sus libros sagrados. Un ejemplo de homofobia se encuentra en la Biblia, concretamente me estoy refiriendo a la primera carta a los Corintios de San Pablo 6:9-10, apartado de la Biblia en el que se llama a los ''afeminados'' injustos y se les compara bajo el mismo rango con los ladrones, los avaros o los estafadores. Cualquier tipo de discriminación hacia lo diferente, como es un homosexual para un heterosexual, da también lugar a discriminaciones como el racismo.
A pesar de estos argumentos, numerosas personas, entre ellos líderes de opinión como son políticos y periodistas, apuntan que España no debe ser laica porque ''siempre ha sido católica y hay tradición de ello''. Aunque esta afirmación no es falsa, hay que preguntarse si este hecho ha sido, es y será positivo para el transcurso de nuestra sociedad.
En conclusión, cren en la necesidad de un Estado y de una sociedad laica, pero aún creo más necesario, la existencia de debates en los que se de respuesta a este tipo de cuestiones y se profundize en la causas de lo que ocurre actualmente.

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