jueves, 22 de septiembre de 2011

LAS HUELGAS


Las huelgas generales han sido, son y serán un instrumento importantísimo de protesta contra todas aquellas políticas que afecten negativamente a los trabajadores y a los derechos de estos.
Las protestas de este tipo son totalmente necesarias para defendernos como ciudadanos con derechos y deberes exigibles, y la pasividad sólo provocará que acabemos siendo súbditos de las empresas y de los especuladores. Un ejemplo de ello es Estados Unidos, donde la prestación por desempleo es mucho menor que aquí en España y donde el despido es totalmente libre y gratuito. Las huelgas son lo bastante útiles como para celebrarse, aunque haya gente que diga lo contrario, y prueba de ello es la que hubo el verano de 2010 en el metro de Madrid, que consiguió al final el propósito de los trabajadores y trabajadoras porque muestran unión, fuerza y la fe que los trabajadores tienen en lo que exigen.
Por el contrario, hay quien piensa que las huelgas no son la mejor forma de protesta por el hecho de que no solo son molestas y perjudiciales para el Estado y para las empresas sino que también perjudican al resto de ciudadanos. También hay algunas personas que las consideran como actos de protesta antiguos que recuerdan a siglos pasados. Un último argumento en contra es aquel que las considera ilegítima e innecesarias porque, dicen, aquello contra lo que protestan o suelen protestar los sindicatos es bueno para los ciudadanos y para el Estado en general.
En conclusión, las huelga son un buen modo de protesta que ha conseguido que tengamos los derechos laborales que hoy tenemos, y es el mejor método de protesta para que no nos los arrebaten.

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